MUSA
Heme aquí reina mora,
que montada en un elíseo
recorres las esquinas de mi alma,
enhebrando la idea,
que dará forma a mi creación
Aquí estoy querida
por fin llegaste,
sentí, un atisbo de ti,
y clavo mis ojos en tu
regazo
para que sientas cuanto,
te necesito.
Aquí contigo, juntos!
con este insaciable
deseo de disfrutarte.
Dispuesto a dejarme
seducir
por tu embriagadora e
insultante provocación.
Cuando no estás,
te busco entre los
entresijos de mis entretelas,
de mi casa
de mi balcón
de mi habitación
de mi alma
de mi alma...
Devastador sentimiento
de soledad
de insaciable búsqueda.
El vacío, me embarga.
La soledad me abandona.
Y el eco de la nada
ocupa mi mente,
mi alma, mis emociones.
Solo estoy,
en ese momento de
arrebatadora desesperación
de ansia de encontrarte,
cuando todos mis vacíos afloran
sintiéndome, un nadie,
apareces…
Apareces como Luz Mariana
a mi boca,
a mis ojos,
a mis oídos,
a mis manos
y permites que te
esculpa
siempre con el miedo a
tu abandono.
A que desaparezcas de
mis sentires.
A que no pueda retenerte
Esos son,
los tiempos del éxtasis,
de mi creación,
cuando tu y yo,
somos uno.
Te compraría!,
como a una
esclava oriental,
para que no me
abandones cuando más te necesito,
para que no intuya
tu adiós mientras te disfruto,
para que ese
obsesivo reloj de arena que golpea mi
alma
deje de
chivarme al oído que necesitarte,
es como visualizar la ensoñación del oasis en el desierto.
Para…
para que no me dejes, nunca!
porque,
cuanto más cerca de mi
piel te siento,
desapareces.!
Regresa…!
En ocasiones,
te siento entre mis
sueños,
en los rincones de mi
conciencia,
de mi habitación,
de mi casa, de mi vida.
Espero tu llegada,
aquí o allá,
yo qué sé!
Tenerte
en mis sueños, en mis manos,
en mi pasado, en mi presente…
en mi futuro.
Mía,
solo, para mi, te quiero.
Y de repente aquí
estamos,
a unos centímetros,
solos, tu y yo,
contándonos
nuestros secretos,
susurrándonos misterios.
Re descubriéndonos!.
Eres única!
sensible, chivata,
extraordinaria.
Ya ves!
me haces sentir amado.
Idolatrado, envidiado,
admirado, majestuoso...!
Tenerte...,
es alcanzar el
todo espiritual.
Querida…
eres,
el tesoro más codiciado
de mi obra.
Musa de mi vida.
Musa eterna.
Mi musa...
Aquí, tan cerca…
No tengo palabras para expresar mi agradecimiento por tan increíble y bello poema. Es un poema que siempre acompañará a esta escultura, y que tendré muy presente en mis próximas creaciones.
ResponderEliminarJulia Herrera, siempre, gracias por tu arte y tu saber.
La musa no asiste, sino hay motivo para ello y tus creaciones, que son el producto de tu alma, así lo exigen.
ResponderEliminarDe musa a musa!