MUSA

Mi musa llego cuando vi la vinculación de la mirada entre el artista y su obra, ello me condujo a escribir este poema dedicado a la Musa del escultor José Ángeles, y a todas las musas.







MUSA







             Heme aquí reina mora,
que montada en un elíseo
recorres las esquinas de mi alma,
enhebrando la idea,
que dará forma a mi creación
Aquí estoy querida
 por fin llegaste,
sentí, un atisbo de ti,
y clavo mis ojos en tu regazo
para que sientas cuanto, te necesito.

Aquí contigo, juntos!
con este insaciable deseo de disfrutarte.
 Dispuesto a dejarme seducir
por tu embriagadora e insultante provocación.

Cuando no estás,
te busco entre los entresijos de mis entretelas,
de mi casa
de mi balcón
de  mi habitación
de mi alma
de mi alma...

Devastador sentimiento de soledad
de insaciable búsqueda.
El vacío, me embarga.
La soledad me abandona.
Y el eco de la nada ocupa mi mente,
mi alma, mis emociones.

Solo estoy,
en ese momento de arrebatadora desesperación
de ansia de encontrarte,
cuando todos mis vacíos afloran
sintiéndome, un nadie,
apareces…  

Apareces como Luz Mariana a mi boca,
a mis ojos,
a mis oídos,
a mis manos
y permites que te esculpa
siempre con el miedo a tu abandono.
A que desaparezcas de mis sentires.
A que no pueda retenerte

Esos son,
los tiempos del éxtasis, de mi creación,
cuando tu y yo,
somos uno.

Te compraría!,
como a una esclava oriental,
para que no me abandones cuando más te necesito,
para que no intuya tu adiós mientras te disfruto,
para que ese obsesivo  reloj de arena que golpea mi alma
deje de chivarme al oído que necesitarte,
es como visualizar la ensoñación del oasis en el desierto.

Para…
para que no me dejes, nunca!
porque,
cuanto más cerca de mi piel te siento,
desapareces.!
Regresa…!

En ocasiones,
te siento entre mis sueños,
en los rincones de mi conciencia,
de mi habitación,
de mi casa, de mi vida.

Espero tu llegada,
aquí o allá,
yo qué sé!

Tenerte
en mis sueños, en mis manos,
en mi pasado, en mi presente…
en mi futuro.

Mía,
solo, para mi, te quiero.

Y de repente aquí estamos,
a unos centímetros,
solos, tu y yo,
contándonos
nuestros secretos,
susurrándonos misterios.
Re descubriéndonos!.

Eres única!
sensible, chivata,
extraordinaria.

Ya ves!
me haces sentir amado.
Idolatrado, envidiado,
admirado, majestuoso...!

Tenerte..., 
es alcanzar el todo espiritual.

Querida…
eres,
el tesoro más codiciado de mi obra.

Musa de mi vida.
Musa eterna.
Mi musa...

Aquí, tan cerca…

2 comentarios:

  1. No tengo palabras para expresar mi agradecimiento por tan increíble y bello poema. Es un poema que siempre acompañará a esta escultura, y que tendré muy presente en mis próximas creaciones.

    Julia Herrera, siempre, gracias por tu arte y tu saber.

    ResponderEliminar
  2. La musa no asiste, sino hay motivo para ello y tus creaciones, que son el producto de tu alma, así lo exigen.

    De musa a musa!

    ResponderEliminar