LA MENTE, EL ALMA... LA INTELIGENCIA. EL MUNDO PSIQUICO - (Julia Herrra)

Dirijo este escrito a quienes viven en silencio repetidas experiencias calificadas de paranormales y que en ocasiones no comprenden qué tipo de fenómenos agitan su mente y su espíritu, originando ellos mismos el mutismo de sus vivencias.

Desde el principio de los tiempos seres vivos y etnias tienen su común y particular lenguaje porque todo en el universo es vida, y su manifestación es infinita.

El hombre es el animal racional por excelencia, y su inteligencia le permite adaptarse al medio y a diferentes formas de expresión. Los gestos concedían un lenguaje mimético y las voces arrancaban la expresión oral, lo que se convertiría en palabra y daría paso al lenguaje.

Supo leer en la naturaleza y comprender que la roja pasión en las nubes anunciaba el azote del viento o la descarga de sus aguas. Aprendió a oler la tierra caliente, o el salitre del mar mientras cabalgaba en el aire y comprender de dónde venía o a dónde iba mientras limpiaba el espacio que dejaba al descubierto el aura de la luna, la que se escondía tras las nubes, mientras les explicaba cómo turba las serenas aguas del mar.

Utilizó las rocas donde dibujó sus vivencias plasmando la felicidad de sus bodas, la sangre de sus batallas o la tristeza de la muerte. Usó la arena a modo de papel, la que en el entorno ocultista, usaban los iniciados para transferir sus símbolos. Después utilizó los pergaminos estableciendo el grafismo, lo que más tarde hizo sobre el papel quedando establecida la escritura, sistema de comunicación universal. Al igual que ideó códigos y diferentes tipos de señales que más tarde universalizó.

Construyó objetos para crear música como los tambores que mediante su percusión anunciaba sus ceremonias. Trompetas, las que lanzaban cánticos de alabanza o de victoria. Usó animales como la paloma que de forma natural vestía su traje de mensajera surcando los cielos para traspasar información. Todo en el universo tiene un mensaje esotérico y trascendente, todo es comunicación.

Pero regresemos al hombre, el animal racional por excelencia, a quien el arte de su inteligencia le permite evolucionar a partir de la comunicación con exterior y con su interior.

El ser humano cuanto más sensible y libre siente su mundo emocional, mejor asimila la información que recibe del exterior, lo que le facilita el intercambio de pensamientos con otros que tengan su campo intuitivo desarrollado, lo que podrá hacer de forma espontánea o directa, mediante su mundo de percepciones.

La evolución creó la cultura y ésta el desarrollo, lo que confluyó en prosperidad y el artífice de este fenómeno es la inteligencia del hombre con la que da forma a su poder. Utiliza todas las herramientas que la vida le pone a su alcance para alcanzar sus logros y engrandecer su jerarquía. Pero también provoca severas mutilaciones a la evolución de su personalidad y la más importante radica en la involución de sus principios y la pérdida de su autoestima como consecuencia del miedo, lo que favorece la manipulación de sus más profundos sentimientos y con ello una débil voluntad.

El hombre con su sabiduría natural y su poderoso abanico de facetas acomoda aquellas estrategias que pueden resolver sus incógnitas y enfrentarse a los obstáculos que la vida le presenta incluso los que él mismo se crea, como puede ser su psiquismo. La mediumnidad es, uno de sus aspectos personales, a través de ella contacta con otras frecuencias ya sean internas o externas aunque un gran sector de la sociedad la considera como una enfermedad mental.

La recepción de diferentes informaciones puede provocar alteraciones en el comportamiento sino se desarrollan correctamente. La falta de información y la ausencia de confianza con su entorno personal, provoca que en el transcurso del tiempo el sujeto no se comporte como realmente es, simulando su verdadera personalidad.

Cuesta muy poco tachar de loco o iluso, a un intuitivo en evolución llevándolo al psiquiatra para que le facilite un tratamiento que le cure de esa locura que sólo molesta a la familia o a la sociedad. Privar al psíquico de información o no ayudarle a conseguirla implica agresión emocional y falta de respeto, ya que su personalidad destaca por tener una rica vida interior -salvo excepciones en las que sí, se trate de un enfermo - . Por ello, la sociedad debe concienciarse de ambas situaciones teniendo un máximo de información que permita saber cómo diferenciar y proceder en cada caso. La intuición dignamente educada facilita al individuo el desarrollo de múltiples habilidades personales, así como la potenciación de su inteligencia y su personalidad.

La falta de información puede crear al intuitivo una vida oscura, triste y muy diferente de la que pudiera ser, si nadie le confirma que esas vivencias forman parte de una faceta personal en evolución.

Si teme ser incomprendido, en ocasiones le costará expresar lo que sucede en su interior más aun sino lo comprende, y no sabe darle una lógica explicación, la confusión no le permitirá asimilar la información que brota de su interior pudiendo creer que su mente se desequilibra

Puede caer en una importante depresión de la que le cueste liberarse, al quedar unida a sus proyecciones mentales su confusión emocional, aparentando un extraño comportamiento o enferma personalidad, la que equilibrará en cuanto comprenda su crecimiento interior. Sin embargo y en ocasiones la desesperación unida al nuevo torrente informativo, puede crear paquetes energéticos estimulando fenómenos tales como la caída de objetos, ruidos extraños o alteración en aparatos eléctricos que serán la respuesta de esa energía no canalizada y que impactará sobre objetos conductores.

Suele suceder que el abuso de autoridad de los padres o el exceso de poder que pueda exhibir alguien del entorno, ante un intuitivo con débil voluntad, provoque una fuerte influencia sobre lo que está bien o está mal, bajo unos muy personales criterios. Será entonces cuando el intuitivo se sentirá rechazado.

Sin embargo si nos remontamos al pasado, cuanto más poder tenía el hombre más rodeado de profetas y magos estaba para tener más seguridad en el momento de enmarcar sus éxitos. Hoy sigue siendo igual, gran parte de la sociedad busca información aunque de forma oculta para tener diferentes guías en el momento de tomar decisiones. Pero hoy ya sabemos que esa facultad profética es patrimonio natural del hombre.

El beneficio de la duda siempre es un acto de inteligencia y de humildad, virtudes que el hombre posee por lo que sería bueno iniciar el camino de esa concesión y mas cuando nadie está exento de que cualquier día su intuición aflore. La irracional crítica y descalificación de ciertos fenómenos mentales indica falta de cultura o rigidez de criterio, lo que impide el paso a nuevos conocimientos o estructuras, estén o no compartidos

Cuando el intuitivo sabe que no se acepta su intuición, puede sentirse vigilado y juzgado. Mas aun si quiere liberar información que puede ser importante para él o para el entorno, la silenciará lo que atormentará su existencia. Lo que hará para que no se falte a su respeto.

No se puede privar al hombre de su libre albedrío por capricho o por interés personal porque se le priva de su genuina libertad de expresión, imprescindible para liberar la angustia que puede sentir o la necesidad vital de expresar sus experiencias. Es una amputación al mundo de las emociones. Es preciso romper las cadenas mentales que la represión en ciertos sectores de la sociedad impone.

Cuando la confusión nace del producto de un movimiento mental que se puede convertir en uno de los protagonistas de nuestra vida, puede surgir el miedo a la opinión ajena si el hombre no tiene confianza en sí mismo, lo que provocara que secretamente se altere su equilibrio interior.

El ser humano no debe permitir que la crítica social, desestabilice su alma


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